Hacia donde vamos

Nos encontramos en un mundo altamente tecnificado pero paradójicamente incierto, hasta el punto que no sabemos cual es el tipo de conocimiento que nos permitirá superar las brechas entre lo que somos, lo que aspiramos ser y lo que necesitamos ser. Por ello, el sentido de urgencia en la actuación gerencial empresarial, no debe seguir expresándose tan solo en términos de mercado, competencias o regulaciones, sino con referencia a los nuevos espacios de reflexión en los que predomine el equilibrio, la libertad, la responsabilidad y la solidaridad. Necesitamos nuevos espacios morales que nos conduzcan a nuevas formas de concebir la verdad y a desprendernos de las viejas ideas sobre la racionalidad y el objetivismo, que deslegitiman las diferencias y deshumanizan el sentido de nuestras vidas. Esto nos llama a reflexionar sobre el fascinante mundo de las organizaciones y su gerencia, ante los retos que la humanidad plantea a quienes debemos gestar compromisos y coadyuvar, por así decirlo, a sembrar conciencia acerca de nuestros aciertos, errores, esperanzas, dudas y temores, en la gestión de personas y de las identidades (personales y colectivas) que sustentan nuestra cotidianidad.