Razonamiento ético y pluralismo moral: una aproximación a la postmodernidad organizacional (tesis doctoral)


El status ontológico de las organizaciones ha sido ampliamente debatido en círculos filosóficos y sociales, pero aun no se ha encontrado una alineación práctica entre requerimientos colectivos e intereses individuales, ya que históricamente, bajo formas de dominación que enfatizaban la utilidad y el poder, los distintos modelos organizacionales han supeditado el desarrollo individual al bienestar colectivo.

Las dificultades para tal alineación parecen sustentarse en la persistencia de un estilo de pensamiento subordinado a ciertos fines, pero con los que también se ha abandonado la búsqueda de los fines del hombre, conduciéndole al gradual desmoronamiento de sus valores fundamentales, lo que ameritó explorar la estructura del sistema moral que rige en las organizaciones para fundamentar la posibilidad de alcanzar cierta unidad de razonamiento ético como medio de aproximación a un futuro que, aun colmado de discrepancias y sin ser representativo de valores culturales totalmente compartidos, permita la confluencia de principios mínimos de convivencia basados en la racionalidad y el respeto.

Aplicando el método hermenéutico-dialéctico, en la investigación participaron quince directivos de organizaciones educativas y productoras de bienes y servicios, tanto públicas como privadas, revelándose que el sometimiento a la tradición constituye el soporte de la coherencia personal y de la cohesión social, el poder fue interpretado como capacidad de relacionamientos mas no como capacidad de dominación y en ningún caso las formas de autorrealización fueron opuestas a las exigencias sociales, pero están afectadas por fuerzas normativas y coercitivas que dominan en sus respectivos espacios contextuales.

La investigación revela que en el marco de pensamiento postmoderno, los fundamentos éticos de las decisiones en los contextos organizacionales, sólo encuentran sustento en el respeto a la diversidad moral y derivan de la comprensión, interpretación y legitimación de múltiples realidades convergentes en un mismo espacio social, por lo que se requiere un proceso continuo de conexión de saberes e identidades, a partir de la socialización de los actores morales y en función de las capacidades de relacionamientos que se exhiban.