La ética en el pensamiento de Jürgen Habermas

Nacido en Düsseldorf (Alemania) en 1.929, Jürgen Habermas entra en contacto con la investigación social empírica, orientando sus intereses hacia la teoría crítica de la sociedad y convirtiéndose en uno de los principales representantes de la Escuela de Frankfurt. En 1.962 escribe su primera obra “Historia y crítica de la opinión pública”; y en 1.968 publica “Conocimiento e interés” con el que logró trascender las fronteras de su país natal. Posteriormente y luego de casi dos décadas en preparación, sale a la luz su "Teoria de la Acción Comunicativa” (1.981) la cual constituye su obra más significativa al convertirse en referencia fundamental de la filosofía práctica contemporánea, dando origen a la teoría ética discursiva cuyo punto de partida no es el hecho moral en sí mismo, sino el hecho comunicativo en el que implícitamente se comparten nociones morales. Bajo esta premisa, Habermas intenta ofrecer la fundamentación racional de una ética que no se sustenta en normas, sino en los procedimientos mediante los cuales, los sujetos de una comunidad moral alcanzan acuerdos sobre las normas que han de regirles; por lo tanto su teoría tiene pretensiones de universalidad, puesto que tal como llega a afirmar “la universalidad se logra en el diálogo”. Este principio de universalidad, equivalente por demás al imperativo categórico kantiano, se formula en términos de que “únicamente pueden aspirar a la validez aquellas normas que consiguen o pueden conseguir la aprobación de todos los participantes en cuanto participantes de todo discurso práctico”. De este modo, Habermas subordina la posibilidad del entendimiento entre personas racionales, a la fuerza de los argumentos que emergen en el discurso, el cual debe ocurrir en una situación ideal de habla, es decir, en una situación en el que todos puedan participar de forma libre y sin coacción. Así, una vez perdida la confianza en la razón como fundamento de la moral (según la crítica de Nietzsche) Habermas traslada esa fundamentación desde el sujeto hacia la comunidad del habla en la que se presuponen las bases de un comportamiento justo y correcto. Considerado como el gran continuador de la tradición filosófica de Kant y Hegel, ha sido reconocida su contribución a la comprensión de la sociedad postindustrial y las implicaciones ideológicas de la ciencia, la comunicación y la opinión pública, haciéndose acreedor del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el año 2.003, al constituirse en ejemplo de saber humanista y cosmopolita, y al ser considerado como una cumbre del pensamiento de nuestro tiempo.

Ver también
La ética en el pensamiento de Paul Ricoeur
La ética en el pensamiento de Gianni Vattimo
La ética en el pensamiento de Edgar Morin