Desde la antigüedad, la organización del
trabajo se ha sustentado en premisas que han dejado evidencias de la
irracionalidad arquitectónica de su diseño. Las profundas contradicciones derivadas
de la supuesta incongruencia entre los conceptos de libertad y eficiencia sobre
la que se han edificado los distintos modelos y enfoques organizacionales,
atentan contra la esencia misma de la condición humana, produciendo un vacío de
legitimación moral cuyos efectos anulan la posibilidad de alcanzar un clima de
convivencia pacífica amparada en la razón, la pasión, el respeto y la
comprensión.
Esto demanda encontrar las bases ontológicas de una nueva forma organizacional, a través de la cual se haga justicia a la realidad dialógica del hombre y a las exigencias de la vida humana, procurando su desarrollo moral y el del contexto en el que interactúa. Para ello, considerando la organización como una realidad social configurada a partir de la construcción de significados, utilizando como hilo conductor los tres momentos del actuar ético propuestos por Dussel y apoyado en una metodología hermenéutica-dialéctica, en este artículo se esbozan las líneas teóricas de una nueva arquitectura moral organizacional centrada en los conceptos de vida, consenso y factibilidad, llamando así a conjugar el poder de creación y trascendencia del hombre, con los más genuinos intereses desde los cuales se le otorga sentido a la acción colectiva. Descargar el artículo a texto completo
Esto demanda encontrar las bases ontológicas de una nueva forma organizacional, a través de la cual se haga justicia a la realidad dialógica del hombre y a las exigencias de la vida humana, procurando su desarrollo moral y el del contexto en el que interactúa. Para ello, considerando la organización como una realidad social configurada a partir de la construcción de significados, utilizando como hilo conductor los tres momentos del actuar ético propuestos por Dussel y apoyado en una metodología hermenéutica-dialéctica, en este artículo se esbozan las líneas teóricas de una nueva arquitectura moral organizacional centrada en los conceptos de vida, consenso y factibilidad, llamando así a conjugar el poder de creación y trascendencia del hombre, con los más genuinos intereses desde los cuales se le otorga sentido a la acción colectiva. Descargar el artículo a texto completo